La cura de la infección bacteriana.
Las tabletas de azitromicina son muy útiles para curar una gran cantidad de infecciones bacterianas. Esta tableta es un antibiótico poderoso y puede detener con éxito el crecimiento bacteriano. Las tabletas de azitromicina se toman por vía oral y están disponibles en pastillas de 250 o 500 mg. Tenga en cuenta que las tabletas de azitromicina solo pueden tratar infecciones bacterianas y no tienen efecto sobre infecciones virales como la gripe o el resfriado, etc.
Por lo general, puede tomar tabletas de azitromicina una vez al día con o sin alimentos. Su médico incluso puede sugerir la dosis adecuada, que puede ser más de una tableta al día, dependiendo de la infección bacteriana. Si siente malestar estomacal por tomar tabletas de azitromicina, tómela con alimentos.
Estas tabletas funcionan mejor cuando la medicina en el cuerpo se mantiene en un nivel constante. Así que siempre recuerde tomar su píldora a la misma hora todos los días. Debe continuar tomando tabletas hasta que la cantidad prescrita haya expirado. No deje de usarlo si se siente mejor o piensa que los síntomas de la infección han desaparecido. Si deja de tomar las píldoras, la bacteria puede continuar creciendo y la infección puede atacarlo nuevamente.
Si está tomando antiácidos, espere siempre al menos 2 horas para tomar estos comprimidos, ya que los antiácidos pueden ayudar a reducir la absorción. Otro hecho que quizás no sepa es que el uso excesivo y la toma innecesaria de antibióticos reducirán su efectividad.
Los efectos secundarios de tomar estas tabletas son náuseas, vómitos, malestar estomacal y diarrea. También puede tener dolor de estómago o abdominal. Si los efectos secundarios empeoran, hable con su médico. Sin embargo, la mayoría de los pacientes que usan estas tabletas no tienen efectos secundarios graves. Hay ciertos efectos secundarios de este medicamento que debe conocer y contactar a su médico de inmediato si ocurren. Estos efectos secundarios graves incluyen visión borrosa, debilidad muscular, problemas del habla, orina oscura, náuseas intensas, vómitos, dolor de estómago o abdominal e incluso coloración amarillenta de la piel o los ojos. Es muy poco probable que ocurran estos problemas. Siempre se recomienda leer detenidamente el prospecto que viene con el medicamento.